Celebrar navidando
Navidad puede ser mucho más que una celebración repetida, si nos disponemos a asumirla con la actitud que da paso a una nueva vida.
Navidad es mucho más que unos símbolos de temporada; puede ser más bien esa luz interior del amor avivando la llama.
Navidad es nacer, vocación por la paz, rayo de esperanza que abraza a la humanidad.
Navidad viene de adentro, del vientre de una mujer que nos dice con su ejemplo, que está en nosotros también.
Y tomando como punto de partida el luminoso día de La Anunciación, podemos decir que de la espera al nacimiento, del adviento a Navidad, la singular grandeza de la Virgen María radica en el hecho de ser portadora de la más grande esperanza para la humanidad entera.
Ella, elegida por Dios Padre para darnos a su Unigénito por amor, trae en su vientre a quien vino a ser manantial de vida y fuente de gracia, para dar a luz al Salvador del mundo, y en él al más grande amor, la paz infinita y la luz de las naciones.
Nótese esta interesante secuencia: María da el sí, para luego dar a luz a quien luego da su vida para darnos la salvación.
Y es ahí donde radica el verdadero sentido de la Navidad, en dar lo mejor y más valioso de nosotros, como Dios Padre, como Maria y como Jesús.
Por consiguiente, todo el trasfondo, el meollo y la verdadera esencia de la Navidad, se diluyen en la francachela y se pierden en el bullicio del mundanal si el hecho de celebrarla no nos eleva a un nuevo estado de conciencia donde el dar, o mejor aún, el darnos en servicio por amor al prójimo, sea asumido como una indeclinable vocación.
La buena noticia es que cuando damos por amor, nos insertamos en el fluir de una ley espiritual donde el bien circula en una ruta de dos vías, lo digo por experiencia, como parte substancial de mi testimonio vida.
Yo que siempre busco dar
Recibo en todo momento
Unas manos invisibles
Se ocupan de mi sustento.
Mi Navidad nunca pasa
Soy María, soy José
Niño Jesus todo el tiempo.
Y al ocuparme de ser
Los Reyes Magos de Oriente
Por cada regalo que doy
Llegan a mi ciento veinte.