Enchufado al toma corriente de la sabiduría
Siendo la sabiduría lo que ciertamente es, un don del Espíritu Santo y sin embargo rara vez se entera uno de que alguien la incluya entre sus peticiones.
No pocas personas se acercan a mi para pedirme que ore por ellas y francamente no recuerdo ahora que alguien me la haya mencionado entre sus intenciones.
Y así como Salomón la pidió al principio de su reinado y le fue concedida, igualmente hago yo dentro de mi rutina espiritual al empezar cada día.
Lo que les comparto a continuación no es más que una “novena” de los miles de destellos de su gloria que por su misericordia el Señor me ha concedido:
1- EN BUSCA DE LA SABIDURÍA.
Hoy salí con el silencio a patrullar mis adentros antes que asomara el sol.
Sentí la necesidad de hallar la Sabiduría que con frecuencia camina la senda de mi interior y que madruga a buscar a quien sale en busca de ella.
Como sabrás, la encontré, me invitó a tomar un té, y entre otras cosas me dijo:
“Instrúyanse pues por medio de mis palabras, y con ello obtendrán beneficios". Sabiduría 6, 25
2- LAS PRIMICIAS DEL SOL.
Tomo tiempo cada mañana para dar gracias a Dios por la vida.
Salgo a caminar y a respirar, a recibir las primicias del sol que me calienta y me alimenta con la vitamina de sus rayos; y sé que cada gota de sudor es como un río que me coloca al otro lado de la orilla, a una distancia prudente del consultorio del Doctor.
3- CUANDO EL SILENCIO ES MI VOZ
Si a una cosa temo en esta vida, es a contaminar el éter con palabras inútiles y ociosas que puedan caer como lluvia ácida, aumentando el grado de toxicidad y crispación presente ya en la conciencia humana.
Es tanto lo que callo por amor, que a veces asumo mi silencio como un sacrificio, como un regalo a mí mismo y a los demás.
Hay un delicioso dulzor en el silencio que asumimos frente a expresiones cargadas de frustración y amargura, que vienen de aquellos que encuentran su falsa identidad en el conflicto y la resistencia al ineludible fluir de la vida.
No sólo hay que saber cuándo hablar, sino también qué decir.
Por ello no soy muy dado a precipitarme para "fijar posición", y cuando lo hago, sino vale la pena decirlo cantando, entonces el silencio es mi voz.
4- APRENDIENDO A NO SABER
Hay cosas que no conozco que ni conocer quisiera, que mientras más las conozca mayor seria mi tontera.
He aprendido a no saber; a ignorar lo intrascendente, lo que poco o nada sirve para la salud del cuerpo, para el alma y a la mente.
"Una de las más útiles ciencias es el conocimiento exacto de uno mismo". Tomás De Kempis.
5- QUE LAS REDES NO ME ENREDEN.
La tecnología es para usarla, no para dejarse usar ni hacerse un esclavo de ella.
El mal uso de un smartphone nos enchufa a la soledad, nos conecta a la ilusión, justo en el "toma corriente" donde había una relación.
Que las "redes" no me enreden, suplantando lo real por lo vanal y virtual; y que mi tiempo de orar no se me vaya en chatear. Amén.
6- RUTA DE ESCAPE
Cuando estoy con quien tengo que estar
Y haciendo lo que tengo a hacer
Me escapo de lo que le suele pasar
A quienes no están con quien tienen que estar
Ni haciendo lo que tienen que hacer.
“Por eso estén vigilando y orando en todo momento, para que se les conceda escapar de todo lo que debe suceder y estar de pie ante el Hijo del hombre". Lucas 21, 36
7- DISCIPLINA
Para bañarme, agua fría
Para tomarla, caliente
Lo que la tierra produce
Para comer sanamente
Para la noche, descanso
Durante el día, trabajo
Bien tempranito, ejercicio
La pereza pal carajo
Para instruirme, la Biblia
Para el amor, mi mujer
Para modelo, Jesus
Mi corazón, para Él.
¿Alguna otra pregunta?
8- VIDA DE PAREJA.
Enamórate de una mujer, no por su estilo de andar ni su modo de bailar, el sabio la busca mejor por su forma de razonar.
Cuando la pareja asume su relación como una yunta de bueyes orando y arando juntos la tierra virgen de un monte santo, las aves del cielo vienen a esparcir las semillas de la esperanza, que con el tiempo brotarán dando paso a las plantas, que en su momento producirán sus frutos en abundancia.
9- FOLLAJE DE LUZ.
Lo que el mundo necesita no son árboles pintados, más bien árboles plantados, capaces de de producir sombra, madera, flores y frutos, cuyas ramas generosas den acogida a las aves, que purifiquen el aire y hagan descender la lluvia, para que haya provisión, para que la vida fluya.
Concédeme Señor, poder germinar en ti, y que tu Santa Palabra caiga como abono sobre mi, que lo que yo diga sea, porque lo hayas dicho tu, y que para gloria tuya, mi follaje sea de luz.
“Le dije al almendro, "hermano háblame de Dios", y el almendro floreció”.
Greco.