Manantial de Vida
Manantial incesante e inagotable de vida es Dios, cuyas infinitas expresiones saltan a la vista donde quiera que estamos y a donde quiera que vamos. Vida que se hace perceptible, a través de los cinco sentidos porque a nuestro Padre Creador le plació sellar cada cosa con características especiales y únicas de fragancia, color, textura, sonido y sabor. Llenos están el cielo y la tierra de su gloria que va más allá de lo humanamente perceptible, lo que viene a corroborar con la innegable verdad espiritual de que lo que se ve fue hecho de lo que no se ve, porque en el reino espiritual lo imperecedero que no se ve es mucho más importante que lo perecedero y que sí se ve. ¿Quién puede decir que ha visto el oxígeno? Y sin embargo, el mismo es un elemento químico natural cuya presencia en la atmósfera, en el agua y en el aire, imprescindible para la vida terrestre está científicamente demostrada. Hay vida en la tierra, en las aguas de los ríos y mares, en el aire y en los rayos solares. Señal irrebatible de que la Omniprescencia, Omnipotencia, Omnisciencia, Inmanencia y Trascendencia de Dios no sólo se constituyen en Verdad Absoluta, sino que también, Él mismo está formando parte una red de apoyo vital que por su divina misericordia sostiene y que puso al servicio del hombre antes de que esté fuera formado del polvo de la tierra y recibiera su aliento de vida. Esto es desde el quinto día de la creación. Entonces tenemos que hablar necesariamente de un amor tan grande e infinito que provee suficiente y de sobra para que nada nos falte, lo que nos ayuda a profundizar en el conocimiento del Dios amor que alimenta y da sentido a la vida. Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida nos dice el Hijo, quien se ha manifestado en este plano de las formas para que que tengamos vida y vida en abundancia. La vida es un don, un regalo de Dios. Recibirla, celebrarla, salvaguardarla, y compartirla hasta "perderla", ofreciéndola como una ofrenda de amor al servicio de los demás, es el camino seguro para encontrarla de nuevo en la eternidad que podemos ir disfrutando también en el más acá. "Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda la vida por causa mía y por aceptar el evangelio, la salvará." Marcos 8:35